Una historia de certezas y probabilidades
Imagina que decides correr al gimnasio todos los días. Sabes que probablemente llegarás bien, pero también existe la posibilidad, aunque pequeña, de tener un accidente en el camino. Si lo haces una sola vez, el riesgo es casi nulo. Pero si lo repites durante 40 años, tarde o temprano esa probabilidad se materializa.
Eso mismo sucede en la energía solar: no basta con decir cuánto producirá tu planta en un año típico, también necesitas entender cuánta certeza tienes de que cumplirá esas expectativas a lo largo del tiempo. Ahí entran en juego tres letras y números que a primera vista parecen enredados: P50, P90 y P99.

El punto de partida: ¿qué es el P50?
Cuando diseñas un sistema solar, los ingenieros utilizan datos de irradiancia, nubosidad y temperatura de los últimos 15 a 30 años. Esos datos se convierten en un archivo TMY (Año Meteorológico Típico) y se simula la producción anual.
Ese resultado es el P50: significa que hay un 50% de probabilidad de que la planta produzca más y 50% de que produzca menos.
En otras palabras, es la expectativa promedio. Para un operador es la meta lógica de producción. Pero para un banco que va a financiar millones de dólares, el “promedio” no es suficiente.
Más allá del promedio: P90 y P99
Los financiadores quieren certezas, no apuestas. Por eso utilizan valores más conservadores:
- P90: hay un 90% de probabilidad de que la planta genere al menos esa energía.
- P99: hay un 99% de certeza de que se alcanzará o superará.
Son números que ofrecen confianza y seguridad financiera. Funcionan como un “colchón” estadístico para demostrar que, incluso en años con menos sol de lo esperado, el proyecto sigue siendo viable.
¿Cómo se calculan?
Existen dos métodos:
- Modelos con distintos archivos TMY construidos a partir de series históricas.
- Modelo de Ginebra, ampliamente aceptado en la industria, que toma la variabilidad de la irradiancia y genera valores P90 y P99 a partir del P50.
Aunque las matemáticas detrás son complejas, la idea es simple: se mide la variabilidad del clima y se traduce en probabilidades confiables para los inversionistas.
¿Por qué es importante para ti?
- Si eres operador, el P50 es tu guía de producción y de eficiencia.
- Si eres inversionista o dueño de empresa, los P90 y P99 son la garantía de que tu flujo de caja será suficiente para cubrir deudas y mantener la rentabilidad.
En definitiva, los valores P no son solo fórmulas: son la manera en que los proyectos solares se vuelven bancables y confiables.
La señal: más certeza, menos riesgos
La energía solar depende del sol, y el sol depende del clima. No podemos controlar eso, pero sí podemos usar décadas de datos y modelos estadísticos para transformar la incertidumbre en certeza financiera.
La próxima vez que escuches hablar de P50, P90 o P99, recuerda: no son números fríos, son la brújula que ayuda a que tu inversión solar avance con confianza, sin importar cómo venga el clima.
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